Los cambios repentinos y radicales en los hábitos de alimentación, como no comer más que sopa de repollo, pueden llevar a una pérdida de peso a corto plazo. Pero estos cambios exagerados no son saludables ni buenos y no ayudarán en el largo plazo. Para mejorar los hábitos de alimentación de manera permanente, se necesita un enfoque en el que reflexione, sustituya y refuerce.

REFLEXIONE sobre todos sus hábitos de alimentación, tanto buenos como malos, así como en las cosas que desencadenan que coma en forma poco saludable.

SUSTITUYA sus hábitos alimentarios poco saludables por otros más saludables.

REFUERCE sus nuevos hábitos de alimentación.

Por ejemplo, siga estos pasos:

  • Elabore una lista de sus hábitos de alimentación.
  • Subraye aquellos hábitos que usted cree le están haciendo comer más.
  • Revise hábitos alimenticios poco saludables.
  • Elabore una lista de los factores desencadenantes de esos hábitos.
  • Encierre en un circulo aquellos factores desencadenantes que se repitan semanalmente.
  • Pregúntese:
    ¿Puedo evitar esos factores desencadenantes?
    ¿De los que no puedo evitar, puedo hacer algo distinto que sea más saludable?
  • Sustituya los malos hábitos por saludables (siempre desde su perspectiva).