La espina bífida es una afección que afecta la columna vertebral y suele ser evidente en el nacimiento. Es un tipo de defecto del tubo neural (DTN), puede aparecer en cualquier lugar a lo largo de la columna si el tubo neural no se cierra por completo. La columna vertebral que protege la médula espinal no se forma y no se cierra como debería. Eso suele producir daño de la médula espinal y los nervios.

La espina bífida puede provocar discapacidades físicas e intelectuales, que van de leves a graves. La gravedad depende de lo siguiente:

  • El tamaño y la localización de la abertura en la columna.
  • Si parte de la médula espinal y los nervios están afectados.

Tipos de espina bífida

  • Mielomeningocele: Cuando se habla de espina bífida, la mayoría de las veces se habla de mielomeningocele. El mielomeningocele es el tipo más grave de espina bífida. Con esta afección, un saco de líquido sale a través de una abertura en la espalda del bebé. Parte de la médula espinal y los nervios están en ese saco y presentan daños. Ese tipo de espina bífida provoca discapacidades que pueden ser de moderadas a graves, como problemas que afectan la forma en que se va al baño, pérdida de sensibilidad en las piernas o los pies, o no poder mover las piernas.
  • Meningocele: Otro tipo de espina bífida es el meningocele. Con el meningocele, un saco de líquido sale a través de una abertura en la espalda del bebé. Pero la médula espinal no está en ese saco. Por lo general, el daño de los nervios es escaso o nulo. Este tipo de espina bífida puede provocar discapacidades menores.
  • Spina Bifida Occulta
  • La espina bífida oculta es el tipo más leve de espina bífida. En este caso, la espina bífida está “escondida”. En esta enfermedad, hay un pequeño hueco en la columna, pero no hay una abertura ni un saco en la espalda. La médula espinal y los nervios suelen ser normales. Muchas veces, la espina bífida oculta recién se detecta en la niñez avanzada o la adultez. Ese tipo de espina bífida no suele provocar discapacidades.

Diagnóstico

La espina bífida se puede diagnosticar durante el embarazo o tras el nacimiento del bebé. La espina bífida oculta puede no ser diagnosticada hasta finales de la infancia o la edad adulta, o tal vez nunca ser diagnosticada.

Causas y prevención

No se conocen todas las causas de la espina bífida. Es necesario estudiar más el rol de factores como los genes y el medio ambiente en la aparición de la espina bífida. Sin embargo, sabemos que hay maneras en que las mujeres pueden ayudar, antes y durante el embarazo, a reducir el riesgo de tener un bebé con espina bífida.
Si está embarazada o podría quedar embarazada, siga estos consejos para ayudar a evitar que su bebé tenga espina bífida:

  • Tome 400 microgramos (mcg) de ácido fólico todos los días. Si ya ha tenido un embarazo afectado por espina bífida, es posible que tenga que tomar una dosis más alta de ácido fólico antes de quedar embarazada y durante los primeros meses de embarazo. Hable con su médico para analizar qué es lo mejor para usted.
  • Hable con su médico o farmacéutico sobre todos los fármacos recetados y de venta libre, vitaminas y suplementos dietarios o a base de hierbas que esté tomando
  • Si tiene una afección médica, como diabetes u obesidad, asegúrese de que el problema esté controlado antes de quedar embarazada.
  • Evite calentar demasiado su cuerpo, por ejemplo, en un jacuzzi o sauna.
  • Siempre que tenga fiebre, trátela de inmediato con Tylenol® (u otra marca de acetaminofeno).